Las sufragistas o ‘suffragettes’ eran militantes de un movimiento británico en favor del sufragio femenino, también conocido como la primera ola del feminismo en el Reino Unido.
A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, Gran Bretaña asistió a la dura pugna de las mujeres para que se reconociera su derecho a votar; el cual alcanzaron en febrero de 1918.
La primera ola del feminismo tiene como objetivo principal el derecho al voto y el derecho sobre los hijos, los bienes patrimoniales o la igualdad frente a los hombres en términos de la ley. Fue una época en la que se buscó igualdad jurídica, el acceso a los mínimos derechos y el no estar a cargo o depender de un hombre que fuera su padre, su hermano, su esposo, e incluso sus hijos varones.
Por otro lado, se encontró la frase, dicha por un hombre,” Si les damos el voto, equivaldrá a la pérdida de la estructura social”. La estructura patriarcal y misógina hacían ver que las mujeres valen menos, y que no tenían derechos o el acceso a bienes materiales.
El movimiento sufragista | Las Sufragistas: el primer movimiento del feminismo en la lucha por el voto femenino
En este artículo
- 1 El movimiento sufragista | Las Sufragistas: el primer movimiento del feminismo en la lucha por el voto femenino
- 2 ¿De dónde viene el término ‘suffragettes’? | Las Sufragistas: el primer movimiento del feminismo en la lucha por el voto femenino
- 3 ¿Qué es el movimiento anti-sufragio?
- 4 Emmeline Pankhurst y la Liga para el Sufragio Femenino | Las Sufragistas: el primer movimiento del feminismo en la lucha por el voto femenino
- 5 El famosos lema: ‘Hechos, no palabras’
- 6 Emily Davison: La mártir del sufragismo británico
- 7 Un parlamento de hombres aprobó el voto femenino
- 8 Derecho al voto sí, pero no para todas
El sufragismo fue un movimiento para la reivindicación del derecho de las mujeres a ejercer el voto. Originado en los Estados Unidos a finales de la década de 1840, e implantado en el Reino Unido, desde 1865 el movimiento se expandió a gran parte de los países europeos.
En Inglaterra, la Unión Nacional de Sociedades por el Sufragio de las Mujeres (National Union of Women’s Suffrage Societies), creada en 1897, reunió a todas las activistas pro sufragio femenino de las ciudades inglesas para la realización de acciones a escala nacional.
Las reivindicaciones incluían, además del derecho de voto, el derecho de las mujeres a recibir el mismo salario que percibía un hombre por hacer el mismo trabajo, el derecho de las mujeres a ser las tutoras legales de sus hijos, y la incorporación de las mujeres a la carrera judicial.
¿De dónde viene el término ‘suffragettes’? | Las Sufragistas: el primer movimiento del feminismo en la lucha por el voto femenino
La palabra suffragettes fue empleada, en principio, de manera despectiva. El diario británico Daily Mail usó este término por primera vez en 1906 para referirse al Sindicato Político y Social de las Mujeres; uno de los grupos que exigía el sufragio femenino durante décadas. Esta organización, constituida en Manchester por la activista Emmeline Pankhurst, decidió apropiarse de esta denominación.
En los primeros años del siglo XX, el recién creado Partido Laborista estaba a favor de otorgar el derecho al voto a las mujeres en Reino Unido; mientras que liberales y conservadores se oponían.
¿Qué es el movimiento anti-sufragio?
Liberales y conservadores no eran los únicos se oponían a que las mujeres pudieran votar. Un grupo de mujeres constituyeron el movimiento anti-sufragio.
Dicho movimiento, fundado en 1908 por Mary Humphrey Ward, insistía en que las mujeres no tenían la capacidad de entender la política y por ello no podían votar.
Un año después, más de 250,000 personas en Reino Unido, entre hombres y mujeres, firmaron una petición en contra de otorgar el voto a las mujeres.
Emmeline Pankhurst y la Liga para el Sufragio Femenino | Las Sufragistas: el primer movimiento del feminismo en la lucha por el voto femenino
Los inicios de la lucha feminista se remontan a 1889, Emmeline Pankhurst y su marido, Richard Pankhurst, crearon la Liga para el Sufragio Femenino (Women’s Franchise League – WSPU). El principal objetivo de la asociación era conseguir que las mujeres pudieran votar en los comicios locales y que tuvieran los mismos derechos que los hombres.
“Las mujeres hemos despertado tarde, pero una vez decididas, nada en la tierra y nada en el cielo hará que las mujeres cedan; es imposible”, dijo Emmeline en 1913.
Tras la desaparición de la asociación, Emmeline continuó con la causa en el Partido Laborista Independiente (Independent Labour Party); donde intentó cambiar las condiciones de vida que tenían los más desfavorecidos, especialmente las de las mujeres, mediante el Comité de Asistencia a los Desempleados (Committee for the Relief of the Unemployed),
“Había mujeres embarazadas haciendo los trabajos más duros casi hasta que sus bebés llegaban al mundo. Muchas de ellas eran mujeres solteras, muy, muy pequeñas, simples niñas“, recordó en ‘Mi propia historia’, las memorias que escribió desde la prisión del castillo de Halloway.
El famosos lema: ‘Hechos, no palabras’
Las sufragistas buscaban el derecho al voto de las mujeres a través de medios pacíficos. Y es que el grupo liderado por Emmeline Pankhurst inició una campaña radical bajo el lema Hechos, no palabras.
En 1906, sufragistas llamaron a los ciudadanos a protestar en la Cámara de los Comunes y, en 1908 lograron reunir frente al palacio de Westminster a cerca de 60.000 personas; pero la policía les impidió el acceso al Parlamento.
Uno de sus actos más atrevidos de las sufragistas fue cuando detonaron dos bombas en la casa del ministro de Hacienda, David Lloyd Georges, en 1913; causando daños significativos. Por esta acción por la que Pankhurst fue condenada a tres años de prisión.
Emmeline Pankhurst, líder de la WSPU, mientras estuvo en prisión escribió:
“Holloway se convirtió en un lugar de horror y tormento con escenas repugnantes de violencia a cualquier hora, ya que los médicos iban de celda en celda desempeñando su terrible oficio. Nunca olvidaré mientras viva el sufrimiento que experimenté durante los días que aquellos gritos retumbaban en mis oídos”.
El 14 de junio de 1928, Emmeline Pankhurst moría a los 69 años de edad en Hampstead, Londres.
Emily Davison: La mártir del sufragismo británico
En 1913, la activista Emily Davison se convirtió en una mártir del movimiento al ser atropellada por el caballo del rey Jorge V como acto de protesta, durante una carrera en el Derby de Epsom; ocasionándole la muerte pocos días después. Su eslogan era “una gran tragedia evitaría muchas otras”.
La activista de 40 años murió cuando sólo faltaban 5 días para la aprobación del voto femenino en el Parlamento británico.
Muchas sufragistas fueron arrestadas y comenzaron huelgas de hambre, ante lo cual el Gobierno del Partido Liberal intentó forzarlas a alimentarse. El Sindicato Político y Social de las Mujeres decidió hacer una pausa en sus acciones de protesta ante el estallido de la Primera Guerra Mundial; pero continuó ejerciendo presión sobre el Estado británico.
Emily Davison no llegó a ver hecha realidad la utopía del voto femenino. En 1918, el Parlamento Británico aprobó que a las mujeres mayores de 30 años podían votar; un derecho que benefició a 8,4 millones de mujeres y que hizo posible que fueran electas al Parlamento. Tal es el caso de Nancy Astor, la primera mujer que ocupó un escaño en la Cámara de los Comunes.
Diez años más tarde, el Parlamento Británico aprobó que las mujeres votaran con las mismas condiciones que los hombres.
Un parlamento de hombres aprobó el voto femenino
En 1928, el Parlamento Británico decretó que las mujeres podían votar en las mismas condiciones que los hombres para ejercer este derecho.
En febrero de 1918 fue aprobada la ley que concedía el sufragio a las mujeres mayores de 30 años y se extendía a los hombres mayores de 21.
El viernes 3 de agosto de 1832 se discutió una petición especial solicitada por Mary Smith en el Parlamento británico:
Mary Smith defendía que ella pagaba los mismos impuestos y estaba sujeta a las mismas leyes que los hombres; y por ello, debía tener el mismo derecho a elaborarlas y a aplicarlas en los tribunales de justicia.
Los defensores de los derechos de las mujeres eran una minoría. A las mujeres se les negaban los derechos civiles y políticos que disfrutaban los hombres. No podían tener propiedades, redactar testamentos, ostentar la custodia de sus hijos, ejercer profesiones como la medicina o el derecho, ni acceder a puestos de la administración. Y por supuesto, tampoco podían votar.
Derecho al voto sí, pero no para todas
En 1917 se comenzó a considerar una reforma de la ley electoral en Reino Unido, ante la posibilidad de que las sufragistas reiniciaran las acciones radicales con el fin de la Primera Guerra Mundial.
En virtud de la ley vigente, aprobada en 1884, solo podían votar los hombres con ganancias por encima de cierto umbral; lo que dejaba fuera a más del 40 % de los ciudadanos británicos, entre ellos los soldados que habían vuelto del frente.
La norma aprobada en febrero de 1918, otorgó el derecho al sufragio a todos los hombres mayores de 21 años y a las mujeres mayores de 30 que fueran dueñas de propiedades. Diez años después, el Parlamento británico aprobó la ley que garantizaba el sufragio universal para todas las personas mayores de 21 años en Reino Unido; lo que amplió a quince millones las mujeres con derecho al voto.