El Protocolo de la Carta Africana sobre los Derechos de la Mujer en África (‘el Protocolo de Maputo’), fue adoptado por los Jefes de Estado y de Gobierno en Maputo, Mozambique, el 11 de julio de 2003; y entró en vigor en noviembre de 2005, después de ser ratificado por 15 estados miembros de la Unión Africana (UA).
¿Qué es el Protocolo de Maputo?
En este artículo
- 1 ¿Qué es el Protocolo de Maputo?
- 2 El Protocolo de Maputo promueve los derechos de las mujeres africanas
- 3
- 4 El Protocolo de Maputo, una apuesta africana por el reconocimiento de los derechos de las mujeres
- 5 Solidaridad por los derechos de las mujeres africanas
- 5.1 1 de enero de 2004: Se funda la Coalición SOAWR
- 5.2 1 de enero de 2005: Entra en vigor el Protocolo de Maputo
- 5.3 1 de enero de 2008: Uso del Protocolo para la defensa legal
- 5.4 1 de enero de 2011: Ayudar a los activistas a utilizar el Protocolo para obtener justicia
- 5.5 1 de enero de 2012: Uso del Protocolo para fortalecer los derechos de las mujeres
- 5.6 1 de enero de 2012: Capacitación de abogados para utilizar el Protocolo en litigios
- 5.7 1 de enero de 2013: Celebrando los 10 años del Protocolo de Maputo
- 5.8 1 de enero de 2013: Capacitación de funcionarios gubernamentales para implementar el Protocolo
- 5.9 1 de enero de 2015: Malawi muestra su compromiso con el Protocolo
- 5.10 1 de enero de 2016: El año de la mujer africana
- 5.11 1 de enero de 2019: Capacitación de funcionarios judiciales para promover la jurisprudencia positiva sobre el Protocolo de Maputo
- 6 ¿Cómo se emplea el Protocolo de Maputo para ayudar a terminar con el matrimonio infantil?
- 7 El Protocolo de Maputo, un instrumento legal progresivo
- 8 Importancia del Protocolo de Maputo en los esfuerzos para abordar el matrimonio infantil
- 9 El matrimonio infantil, una práctica cultural y una tradición centenaria
- 10 Las organizaciones de la sociedad civil usan el Protocolo en sus esfuerzos para abordar el matrimonio infantil
El Protocolo de la Carta Africana sobre los Derechos Humanos y de los Pueblos sobre los Derechos de las Mujeres en África, también conocido como el Protocolo de Maputo, es un instrumento legal que garantiza los derechos integrales a las mujeres y niñas africanas. Estos incluyen el derecho a participar en el proceso político, a la igualdad social y política, a tener una mayor autonomía en sus decisiones sobre salud reproductiva y erradicar la mutilación genital femenina.
El Protocolo de Maputo promueve los derechos de las mujeres africanas
El Protocolo garantiza amplios derechos a las mujeres y niñas africanas e incluye disposiciones progresivas sobre:
- Prácticas tradicionales nocivas, por ejemplo, el matrimonio infantil y la mutilación genital femenina (MGF)
- Salud y derechos reproductivos
- Roles en los procesos políticos
- Empoderamiento económico
- Erradicar la violencia contra las mujeres
El Protocolo de Maputo, una apuesta africana por el reconocimiento de los derechos de las mujeres
El Protocolo de Maputo es un instrumentos progresista de derechos humanos de la mujer más completos y progresistas del mundo, que fue adoptado por los Jefes de Estado y de Gobierno en Maputo, Mozambique, el 11 de julio de 2003.
Este texto legal supuso un importante avance y un instrumento legal sin precedentes para los derechos de las mujeres africanas.
El protocolo de Maputo busca alcanzar el reconocimiento de los derechos de la mujer en África. En el año 2003 la Unión Africana (UA) adoptó el Protocolo de Maputo, que entró definitivamente en vigor en noviembre de 2005. De los 53 países miembros de UA, está firmado por 49. Entre las naciones firmantes intervienen los cuatro países de África subsahariana: Benín, Costa de Marfil, Ghana y Togo.
Es un documento jurídico adicional a la Carta Africana de Derechos Humanos que garantiza los derechos e igualdad a las mujeres, entre los que se incluye:
- Participar en el proceso político
- A la igualdad social y política con respecto a los hombres
- Para controlar su salud sexual, entre otros.
Sin embargo, su total aplicación enfrenta varios obstáculos como las estrictas tradiciones culturales o de religión. Esto implica mantener a la mujer en una posición de resignación a los dictámenes de los hombres.
Solidaridad por los derechos de las mujeres africanas
La Secretaría de la Coalición de Solidaridad por los Derechos de las Mujeres Africanas (SOAWR), una red de más de 50 organizaciones de la sociedad civil nacionales, regionales e internacionales en 27 países, promueven los derechos de las mujeres y niñas africanas a través del Protocolo.
Desde que el Protocolo de Maputo entró en vigor en 2005, 49 de los 55 Estados miembros de la Unión Africana lo han firmado y 42 lo han ratificado. El Protocolo tiene uno de los números más altos de ratificaciones para un instrumento en la Unión Africana.
Con importantes contribuciones de Equality Now para fortalecer y promover el Protocolo, la Coalición SOAWR ha logrado grandes avances en favor de la igualdad:
1 de enero de 2004: Se funda la Coalición SOAWR
La Coalición de Solidaridad por los Derechos de las Mujeres Africanas (SOAWR) se fundó con la misión de asegurar que los derechos de las niñas y las mujeres articulados en el Protocolo de Maputo, sean priorizados por los encargados de formular las políticas en el continente africano. SOAWR inicia una campaña para presionar a los gobiernos a firmar y ratificar el Protocolo.
1 de enero de 2005: Entra en vigor el Protocolo de Maputo
El 25 de noviembre, El Protocolo de Maputo rompe récords como el instrumento africano de derechos humanos en entrar en vigor más rápidamente. Los países que han firmado y ratificado el Protocolo ahora están obligados a cumplir y están sujetos a las normas que establece para los derechos de las mujeres.
1 de enero de 2008: Uso del Protocolo para la defensa legal
El Protocolo de Maputo se utiliza como herramienta para los casos en los que se han violado los derechos de las mujeres y las niñas. En Zambia, que ratificó el Protocolo en 2006, se citó en la decisión del tribunal contra un maestro que ultrajó a su estudiante. En Liberia, se está utilizando para impulsar la prohibición de la mutilación genital femenina.
1 de enero de 2011: Ayudar a los activistas a utilizar el Protocolo para obtener justicia
Para ayudar a los activistas de derechos y los grupos de derechos humanos a llevar los abusos ante los tribunales, Equality Now y SOAWR publican una Guía para el uso del Protocolo sobre los derechos de las mujeres en África para la acción legal. El manual brinda orientación paso a paso para usar el Protocolo a nivel local, nacional y regional, y proporciona estrategias útiles para los activistas.
1 de enero de 2012: Uso del Protocolo para fortalecer los derechos de las mujeres
SOAWR hace recomendaciones para abordar la salud sexual y reproductiva en el sistema africano de derechos humanos, utilizando el Protocolo como guía. Por ejemplo, esto ayuda a proteger los derechos de las mujeres que viven con el VIH/SIDA y las mujeres que acceden a servicios de aborto seguro. El Protocolo es el primer tratado que reconoce el aborto, bajo ciertas condiciones, como un derecho humano de las mujeres.
1 de enero de 2012: Capacitación de abogados para utilizar el Protocolo en litigios
SOAWR fortaleció la capacidad de más de 300 profesionales del derecho de 38 estados africanos para usar el Protocolo para litigar casos a nivel nacional y regional, y establecer precedentes para los derechos de las mujeres en África.
1 de enero de 2013: Celebrando los 10 años del Protocolo de Maputo
Para conmemorar el décimo aniversario del Protocolo, la presidenta Joyce Banda de Malawi entrega a la Coalición SOAWR el Premio de la Comisión de la Unión Africana. La directora de la oficina africana de Equality Now, Faiza Mohamed lo recibió en nombre de SOAWR. El grupo de mujeres africanas Make Every Woman Count también nombró a la SOAWR Organización Destacada del Año 2013 por su trabajo excepcional.
1 de enero de 2013: Capacitación de funcionarios gubernamentales para implementar el Protocolo
SOAWR trabaja con los gobiernos para hacer realidad los valores del Protocolo para mujeres y niñas. En colaboración con la Dirección de Género y Desarrollo de la Mujer de la Comisión de la Unión Africana y ONU Mujeres, la SOAWR capacitó a más de 150 funcionarios gubernamentales de 23 países sobre cómo implementar el Protocolo y proteger y defender los derechos de las mujeres en sus países.
1 de enero de 2015: Malawi muestra su compromiso con el Protocolo
Malawi presenta el primer informe estatal en completo cumplimiento con el Protocolo y las directrices de la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos. Esto demuestra el compromiso del país con los valores descritos en el Protocolo y subraya la importancia de las capacitaciones de SOAWR.
1 de enero de 2016: El año de la mujer africana
Desde 2005, 49 estados miembros de la Unión Africana (AU) han firmado y 37 han ratificado el Protocolo, en gran parte a través del trabajo de SOAWR. Reconociendo que la igualdad de género es clave para el progreso de África, la UA nombró 2016 como el Año Africano de los Derechos Humanos con un enfoque especial en las mujeres. SOAWR apoya los esfuerzos para educar a las personas sobre el Protocolo y presionar a sus gobiernos para que lo ratifiquen.
1 de enero de 2019: Capacitación de funcionarios judiciales para promover la jurisprudencia positiva sobre el Protocolo de Maputo
Desde 2016, Igualdad Ya ha capacitado a más de 100 funcionarios judiciales de Kenia, Sierra Leona, Sudán del Sur, Tanzania y Uganda sobre cómo aplicar el Protocolo de Maputo para hacer cumplir los derechos de las mujeres y las niñas; así como, desarrollar decisiones con perspectiva de género que contribuyan al desarrollo de jurisprudencia positiva sobre igualdad de género y derechos de las mujeres.
¿Cómo se emplea el Protocolo de Maputo para ayudar a terminar con el matrimonio infantil?
Kavinya Makau es Oficial de Programas en la Oficina de Nairobi de Equality Now y Coordinadora de la SOAWR. Para conmemorar el décimo aniversario de la adopción del Protocolo de Maputo, el 1 de enero de 2013, Kavinya habló sobre cómo la sociedad civil africana puede sacar el máximo provecho de este instrumento jurídico innovador, y sus implicaciones para los esfuerzos para abordar el matrimonio infantil.
El Protocolo de Maputo, un instrumento legal progresivo
El Protocolo de Maputo nació de un proceso dirigido por África. Es un instrumento legal progresivo porque captura los desafíos que las mujeres y niñas africanas enfrentan cada día, en un continente donde las mujeres han experimentado volatilidad política y conflicto.
El Artículo 10 del Protocolo consagra el derecho de la mujer a vivir en paz y a participar en la promoción y el mantenimiento de la paz; mientras que el artículo 15 establece el derecho de las mujeres a la seguridad alimentaria.
Las disposiciones incluye protecciones para mujeres ancianas, con discapacidades y contagiadas con VIH / SIDA. También aborda la violencia contra las mujeres en el Artículo 4 y el derecho de las niñas y mujeres a acceder a servicios de salud sexual y reproductiva; así como, la atención del aborto seguro.
El Protocolo también recomienda a los gobiernos sobre cómo implementar sus disposiciones. En el Artículo 5 sobre la eliminación de prácticas tradicionales dañinas, se insta a los Estados a tomar las medidas legislativas y de otra índole necesarias para abordarlas. Esto incluye crear campañas de sensibilización pública en todos los sectores de la sociedad y la prestación de apoyo integral a las víctimas.
Importancia del Protocolo de Maputo en los esfuerzos para abordar el matrimonio infantil
El Protocolo establece en su artículo 6, literal (c), que la edad mínima para contraer matrimonio es de 18 años; lo que efectivamente elimina la práctica del matrimonio infantil.
Al respecto, el Artículo 6, literal (a) señala que ningún matrimonio debe tener lugar sin el consentimiento libre y completo de ambas partes. Cuando una o ambas partes son menores de 18 años, sus circunstancias indican que no están en condiciones de dar su consentimiento, razón por la cual se afirma que el matrimonio infantil no puede ser libre ni consensual.
Es importante enfatizar que el matrimonio infantil está conectado a muchos otros problemas y que debe considerarse en el contexto de otros artículos contenidos en el Protocolo. El preámbulo del Protocolo expresa que “cualquier práctica que obstaculice o ponga en peligro el crecimiento normal y afecte el desarrollo físico y psicológico de las mujeres y las niñas debe ser condenada y eliminada”. El artículo 2 insta a los estados eliminar Todas las formas de discriminación contra la mujer.
El matrimonio infantil implica serias implicaciones para la educación de los niños y niñas. El artículo 12 exige a los Estados garantizar que las mujeres y las niñas tengan pleno acceso a oportunidades de educación y capacitación.
El matrimonio infantil, una práctica cultural y una tradición centenaria
El matrimonio infantil se describe como una práctica cultural, una tradición centenaria de la que no se hacer puede nada. ¿Pero, cómo aborda el protocolo de Maputo este argumento? El Protocolo de Maputo aborda explícitamente el tema de la cultura, sin negar su importancia o relevancia en nuestra sociedad. Sin embargo, el Artículo 17 obliga a los Estados a garantizar el derecho de las mujeres a vivir en un “contexto cultural positivo”.
Bien es cierto que el matrimonio infantil proviene de la cultura, pero no significa que sea estática. La realidad actual en África es que se está construyendo sociedades donde las niñas y las mujeres puedan participar en todas las esferas de la vida: política, social y económica. Para hacerlo de manera efectiva, es necesario eliminar la práctica del matrimonio infantil, que les causan daño. Por lo tanto, el Artículo 17 del Protocolo de Maputo invalida el argumento de que el matrimonio infantil es una práctica cultural sobre la cual no se puede hacer nada.
Las organizaciones de la sociedad civil usan el Protocolo en sus esfuerzos para abordar el matrimonio infantil
La sociedad civil tiene la importante labor de mantener a los gobiernos en estado de alerta y asegurarse de que las protecciones consagradas en el Protocolo sean disfrutadas por las mujeres más necesitadas.
Una vez que los Estados ratifican el Protocolo, están obligados a integrarlo en la legislación y las políticas nacionales para que sea accesible para las mujeres en su país.; así como, para garantizar que aborde los desafíos que enfrentan.